jueves, 6 de abril de 2017

Prerrománico Asturiano en la comarca de Oviedo

El Prerrománico asturiano en la comarca de Oviedo

Por arte prerrománico asturiano entendemos una manifestación artística, dada en un determinado periodo de tiempo (los siglos VIII y IX), y en un lugar concreto: el Reino cristiano de Asturias en el comienzo de la reconquista española. Este arte adopta unas caracteristicas especiales.

Por una parte no es heredero del arte visigodo, aunque lo conoce; no tiene puntos de contacto con el mundo musulman y adelanta algunos elementos del futuro arte románico que en los siguientes siglos se dará en el norte de la Peninsula Ibérica principalmente.

Es un arte autoctóno que bebe de influencias carolingias, bizantinas u orientales y románas tardias, y por tanto y por su peculiaridad el arte prerrománico asturiano está declarado por la Unesco: Patrimonio de la Humanidad.





Asturias un pequeño Reino encaramado en altas cumbres y profundos valles, en medio de bosques frondosos y ríos cristalinos, extendido por idílicas aldeas y en el que nacían y crecían poco a poco villas y ciudades. Un Reino verde y húmedo, bañado por el mar y por la lluvia, que en su versión más asturiana dio en llamarse orbayu. Que relucía con el sol y con las intensas noches de luna. Un Reino milenario y medieval, como de cuento, en el que los felechos, los musgos y los líquenes eran la ornamentación preferida de las xanas, y en el que los hórreos constituían un hogar fantástico para los trasgos. Un Reino que gestó y parió para el mundo el Arte Prerrománico, también conocido como Arte Asturiano.

Y con el devenir de los siglos y de miles de avatares el Prerrománico fue enamorando a la Humanidad, hasta que un día tal seducción se materializó en un reconocimiento internacional: en diciembre de 1985 Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo y Santa Cristina de Lena eran declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO.

En un fascinante viaje en el tiempo. Es un momento perfecto para situarte en la corte del Rey Ramiro I. Corre el año 842, en pleno siglo IX. Un rey ya maduro y guerrero que llega al trono en un momento convulso.

Imagínate una corte itinerante, culta y civilizada, una sociedad rural, una naturaleza en estado puro… Un mundo apasionante, emergente. Y en el medio de todo, irrumpiendo en escena un arte y una forma de entender el mundo que rompe con la tradición anterior y no enlaza con la siguiente…

Ramiro I reinaría poco tiempo, tan solo los ocho años que transcurren desde el 842 hasta el 850, pero fue tiempo más que suficiente para dejar un patrimonio único, integrado por tres construcciones que constituyen un “unicum” y que conforman el ciclo Ramirense: Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo y Santa Cristina de Lena.

Estas tres joyas de la Corona, que asombrarían al mundo en los años y siglos posteriores a la vida del rey Ramiro, han sobrevivido durante siglos gracias en buena parte a que nunca perdieron la función y sentido que tuvieron desde sus orígenes: la de construcciones dedicadas al culto.

Han visto pasar el tiempo con asombrosa dignidad y son el testimonio vivo que hace posible este viaje por los vericuetos del Reino de Asturias y de la Monarquía Asturiana.

Son la excusa más artística para asomarte a uno de los capítulos más fascinantes de la historia europea, y ahí están, como si el tiempo se hubiera detenido durante el reinado de Ramiro I. hasta hoy.

Santa María del Naranco 

El Paternón del Arte Prerrománico

Santa María del Naranco Oviedo


Nombre: Santa Maria del Naranco 
Emplazamiento: Oviedo (Asturias) Principado de Asturias 
Monumento Nacional en 1885 
Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1985 (Prerrómanico Asturiano) 
En las laderas del Monte Naranco (Naurancio) en las cercanias de Oviedo (3 km.) 
Fecha de consagración: año 848 (siglo IX) 
Estilo: Prerrómanico asturiano (también conocido como "arte asturiano") 

Historia 

Mandado construir por el rey Ramiro I de Asturias (842-850) en las faldas del Monte Naranco como edificio palatino. Muy cerca también manda construir la Iglesia deSan Miguel de Lillo. Ambas construcciones formarían parte de un amplio complejo palatino de este rey, como lugar de descanso y recreo, no como sede permanente de la corte. 

Se trataría tal vez entre otras funciones, de un edificio dedicado a Aula Regia o Salón Real donde se celebrarían algunas actividades de gobierno. 

La fecha de construcción se conoce con exactitud, ya que en el ara-altar existente en el edificio, hay una inscripción procedente de la Iglesia de Lillo que nos lo indica y que correponde con el 848 de nuestra era (siglo IX). 

Este ara procede de la actual y cercana iglesia de San Miguel de Lillo. En su origen esta iglesia se encontraba bajo la advocación de Santa María, pero ya a partir del siglo XII en la crónica Silense encontramos la nueva advocación de la iglesia a San Miguel y el palacio pasa a convertirse en iglesia dedicada a Santa Maria. 

Parece ser por tanto que ya poco después de su construcción, el palacio pasa a realizar funciones de iglesia, dedicandose a la advocación de Santa María, de donde le ha quedado el nombre. El primer registro de su condición de iglesia, del que tenemos constancia data del año 1150 (siglo XII). 

Características 

El arte asturiano se manifiesta principalmente en la arquitectura y recoge pocos elementos de tradición visigoda, pero con aportaciones del Bajo Imperio Románo e influencias carolingias, asi como artes aplicadas de tinte oriental bizantino. 

Se extiende principalmente durante los siglos IX y X; es un arte que se da basicamente en el reino de Asturias, de ahí su nombre, y destaca también por la ausencia de cualquier influencia musulmana. 

Caracteristicas de Santa Maria del Naranco es el uso de la bóveda de cañón, los contrafuertes y la utilización de arcos fajones para la sujección de las bóvedas. Aunque es una edificación en su origen palatino, el factor religioso impregna toda la construcción. Destaca también por el uso de columnas con el fuste sogueado típico del arte asturiano, y la utilización de medallones y fajas como elementos decorativos. 























La planta inferior está dividida en tres estancias: 
Caracteristica muy particular del arte asturiano, es la llamada camara del tesoro. Se trata de un espacio al que sólo se tiene acceso desde el exterior y que todavía hoy en dia no se sabe que función tenía, y que se manifiesta desde fuera por la existencia de una ventana tripartita cerrada con celosias de piedra. 

La imagen del edificio que hoy se nos ofrece, corresponde a la rehabilitación efectuada en los años veinte y treinta del siglo XX por Luis Menéndez y Pidal. 

Santa Maria de Naranco es un edificio de planta rectangular de veinte metros de largo, por seis de ancho, que se eleva sobre un alto zócalo, que sirve para compensar las irregularidades del terreno. 

Se compone de dos plantas, la superior de doble altura que la inferior conocida como planta noble y la inferior o cripta. Al piso superior se accede por una escalera exterior situada en la fachada lateral norte. En cada una de sus fachadas laterales (norte y sur) se alzan ocho altos contrafuertes estriados (cuatro a cada lado de la puerta), que se elevan desde el zócalo hasta la cornisa, y que le proporciona una sensación de verticalidad admirable. 
La central, más amplia, está cubierta con bóveda de medio cañón de piedra toba con refuerzo de cuatro arcos fajones, que parten de un zócalo o banco bajo que recorre todo su perimetro. Está estancia estaría dedicado a oratorio palatino, aunque también se le cita como cripta. Dispone de dos puertas, una a cada lado de la nave y no dispone de ventanas, por lo que la iluminación es la que entra por sus puertas. El conjunto nos recuerda a la cripta de Santa Leocadia, de la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, con la que presenta indudables semejanzas. 

Las dos estancias laterales tienen cubierta de madera, una de ellas (la situada al oeste) está aislada de la estancia central, se ilumina por cuatro pequeñas ventanas con arcos de medio punto y sólo tiene acceso a traves de una puerta desde el exterior situada en la fachada oeste. Se desconoce el uso de esta habitación. 

La otra estancia lateral, situada en el lado este, se trataría de una sala de baños, pues en ella se conserva una piscina y conducciones de agua. Se situa en un plano inferior al resto de la planta (está por debajo del nivel del suelo). El acceso a este recinto se realiza a traves de una puerta desde el interior por una escalera de tres peldaños o por una pequeña puerta de arco de medio punto situada en la fachada lateral norte. Ademas dispone la sala de varias ventanas, tres de ellas situadas en la fachada este y muy caracteristicas por encontrarse debajo del mirador este.
















A la planta superior o noble se accede a traves de una escalera exterior de doble derrame situada en el lado norte del edificio. La escalera desemboca en un pequeño portico con tres de sus lados abiertos al exterior y el cuarto por el que se penetra al interior del edificio. Se cubre por tejado de una sóla vertiente y disponde de dos altos contrafuertes. 

En el lado contrario o fachada sur, existen los restos de una estructura similar, que bien pudiera haber sido un mirador, balcón o belvedere. 

La planta superior sigue la misma estructura que la planta inferior: 

La estancia central y principal llamada planta noble, Salón Real o Aula Regia, es una gran sala rectangular, el doble de alta que su homologa de la planta inferior. 

La planta noble cubierta con bóveda de medio canón, es de piedra toba volcánica, dispone de dos amplios miradores situados en las fachadas este y oeste. La bóveda se sustenta en siete arcos fajones o perpiaños que a su vez apean en mensulas que descansan en una linea de imposta que recorre toda la base de la bóveda. Por debajo de esta linea un conjunto de arquerías ciegas de arcos de medio punto ligeramente peraltados y de dimensiones ligeramente decreciente hacia los extremos recorren el perimetro de la sala. Sus arcos apoyan en columnas de fuste sogueado y capiteles troncopiramidales. Las enjutas van decoradas con medallones y bandas rectangulares. La sala dispone de hasta un total de siete arcos ciegos en cada uno de sus lados mayores. 
























Esta arquería ciega es soportada por pares de columnas geminadas con fustes sogueados y capiteles troncopiramidales invertidos, con la misma decoración cordal en las aristas y temas de animales muy esquematizados en las caras frontales. Estas a su vez se levantan sobre una pequeña basa prismática y sobre un pequeño zócalo que recorre el muro. 

El sistema responde a la tradición constructiva romana y muestra la pervivencia de soluciones arquitectónicas del mundo tardoantiguo a través de la época goda. El edificio, por sus caracteristicas, podría ser considerado a su vez como protorománico. 

Entre las ménsulas y las enjutas de las arquerías ciegas, se disponen unos rectángulos enmarcados por sogueado y con figuras humanas en traje talar y cayado, o bien jinetes. Bajo estos rectangulos se situan los medallones, como elementos decorativos. 

Los medallones se hallan decorados en su interior con temas de origen oriental formados por aves y cuadrúpedos afrontados y jinetes en actitud de combate.


















Según los estudios de Schlunk, la fuente de inspiración de la decoración ramirense son los tejidos orientales importados por el Mediterraneo y muy apreciados en los ambientes reales. En el medallón central se plasma el tema del enfrentamiento entre cuadrúpedo y serpiente, mientras que en la banda rectangular se representan, repartidas en registros, dos figurillas a caballo en el inferior y otras dos en posición frontal, en el superior. El tema se ha relacionado tradicionalmente con los dos tipos de existencia que caracterizan la elite altomedieval: la vida activa (bellatores) y la vida contemplativa (oratores). La labor de sogueado cumple en estos relieves, al igual que en toda las plástica asturiana, una importante labor de enmarque.
La luz entra en el interior de la nave por cuatro ventanas, dos a cada lado de la estancia. Son vanos formados por arcos de medio punto situados entre los contrafuertes. 

Lo más original es que el edificio dispone de dos fachadas-miradores, una situada al oeste y el principal en el este. Y decimos el principal porque este mirador se ha convertido en el simbolo turistico de Asturias. 

Estos miradores quedan separados de la planta noble por unos muros pantalla a los que se abren tres arcos apoyados en columnas y que pueden ser cerrados por batientes de madera. En la parte superior de este muro podemos ver una ventana que se corresponde con la camara suprabsidal propia del arte asturiano. 

Los miradores son espacios rectangulares abiertos a los cuatro costados que se cubren con bóveda de cañón con un sólo arco fajón. El triple vano apoya en cuatro columnas de fuste sogueado, dos de ellas exentas y las otras dos entregas. Las columnas llevan capiteles de traidición corintia. Los arcos que lo forman son de medio punto peraltados, siendo el central un poco más alto que sus gemelos.











Las fachadas de los miradores se organizan en tres cuerpos deslindados cada uno de ellos por medio de impostas decoradas con estrias, que repiten los mismos motivos que se utilizan en arcos y contrafuertes del edificio. 

El primer y segundo piso se corresponden con la división interna del edificio, pero el tercero es falso. En él se dispone una ventana trifora enmarcada por bandas verticales y terminadas en grandes medallones. Los arcos de medio punto peraltados apoyan en dobles columnas gemelas de fuste estriado y collarino sogueato. Da acceso a la llamada camara del tesoro, pero que en este caso no existe.





















La fachada este, esta formado por una gran ventana tripartita, en cuyo interior podemos ver una copia del primitivo ara-altar de la iglesia de San Miguel de Lillo y cuyo original se encuentra en el Museo Arqueológico. 

En esta fachada encontramos dos medallones con cuadrúpedos en su centro y elevandose sobre ellos dos fajas grabadas, una de ellas con la Cruz de los Angeles. En el centro de ambas fajas una ventana de tres vanos con arquería corresponde a la cámara alta o camara del tesoro de la que ya hemos hablado. 










Las columnas de este mirador presentan fustes de decoración sogueada y capiteles de tradición corintia. Los arcos que sustentan las columnas son de medio punto muy peraltados, el central más alto y ancho que los laterales. Por debajo de este mirador encontramos tres vanos o ventanas con arcos de medio punto y que se corresponden con la sala de baños de la planta inferior del edificio. Alrededor de estas ventanas una faja con estrias recorre su perimetro. 

El ara se alza sobre un podio de forma prismática construido a base de sillares. La mesa presenta en su parte inferior una cavidad para guardar las posibles reliquias y lleva en el reborde una franja decorátiva a base de hojas de hiedra. 

La inscripción del ara citada, que trata de una oración penitencial de carácter privado dice: 

Christe filivs dei qui in vtero virginis beatae mariae in gressvs es sine hv 
mana conteptione et egressvs sine corrvptione qvi per famvlvm 
tvvm ranimirvm principe gloriosvm cvm paterna regina conivge renovasti hoc 
habitacvlvm nimia vetvstate consvmptvm et pro eis aedificasti hanc haram benedic 
tionis gloriosae sanctae mariae in locvm hvnc svmmvm exavdi eos de caelorum habitacvlo tvo et dimitte pecca 
ta eorvm qvi vivis et regnas per infinita saecvla saecvlorvm amen 
die VIIII0 kalendas ivlias era DCCCLXXXVIA










Cuya traducción sería: 
Cristo, hijo de Dios, que entraste en el vientre de la Virgen Santa María sin concepción humana y saliste sin corrupción; que mediante tu siervo Ramiro principe glorioso con la reina cónyege Paterna renovaste esta morada consumida por la mucha antiguedad, y por medio de ellos edificaste este ara de bendición a la gloriosa Santa María en este lugar elevado; óyelos desde tu morada de los cielos y perdona sus pecados. Que vives y reinas por los infinitos siglos de los siglos, amén. Dia noveno de las kalendas de jullio de la era 886 (23 de junio de 848). 
La fachada oeste es muy similiar a la descrita pero su mayor diferencia, es que en lugar de los tres vanos que iluminan la planta inferior en la fachada descrita, en esta se sustituye por una puerta con arco de medio de punto que permite el acceso a habitación de uso




desconocido de la que ya hemos hablado. 

Ambos miradores se cree deberían ir cerradas con barandillas y celosías. 

El paso desde la nave central de la planta superior a los miradores se realiza a traves de tres puertas con arcos de medio punto o triple arqueria. Los timpanos de estos arcos estan cerrados por hormigon en una reforma reciente para dejar espacio a las puertas de madera que dan paso al mirador. Encima de este conjunto un muro cierra la parte que llega hasta la bóveda, sólo interrumpido por la existencia de un vano. 

Se piensa que el interior del edificio estaría estucado contando con decoración pictórica, hoy desaparecida. El suelo está formado por un enlosado sobre el que se superpone un lecho de cantos y un "opus signinum" de baja calidad. 

En cuanto a la decoración interior, lo que nos ha llegado es la decoración en los capiteles de las columnas, tallas en las fajas y los medallones que adornan todo el edificio. Los temas van desde los geometricos y vegetales hasta animales. Se trata basicamente de medallones de inspiración bizantina. Es una decoración escultórica y dependiente de la arquitectura, se considera que los mismos elementos arquitectónicos adquieren en si mismos valor decorativo. Se han contado hasta treinta y dos medallones. 




Tradicionalmente se ha propuesto una filiación visigoda para explicar la procedencia de los capiteles de la planta noble del edificio del Naranco, sobre los que descansan los arcos fajones. La decoración historiada, en este caso cuadrupedos en actitud afrontada, y la importante labor de sogueado, que envuelve el collarino y divide la cesta del capitel en triángulos, contribuyen a crear una cierta sensación de "horror vacui". Esta representación plástica responde fundamentalmente a una intención puramente decorativa, no pudiendo advertirse en el conjunto del programa iconografico intencionado.











Por último comentar que todo edificio se cubre con una techumbre a doble vertiente








Caracteristica muy particular del arte asturiano, es la llamada camara del tesoro. Se trata de un espacio al que sólo se tiene acceso desde el exterior y que todavía hoy en dia no se sabe que función tenía, y que se manifiesta desde fuera por la existencia de una ventana tripartita cerrada con celosias de piedra. 

La imagen del edificio que hoy se nos ofrece, corresponde a la rehabilitación efectuada en los años veinte y treinta del siglo XX por Luis Menéndez y Pidal. 

Santa Maria de Naranco es un edificio de planta rectangular de veinte metros de largo, por seis de ancho, que se eleva sobre un alto zócalo, que sirve para compensar las irregularidades del terreno. 

Se compone de dos plantas, la superior de doble altura que la inferior conocida como planta noble y la inferior o cripta. Al piso superior se accede por una escalera exterior situada en la fachada lateral norte. En cada una de sus fachadas laterales (norte y sur) se alzan ocho altos contrafuertes estriados (cuatro a cada lado de la puerta), que se elevan desde el zócalo hasta la cornisa, y que le proporciona una sensación de verticalidad admirable. 



Santa María del Naranco Oviedo

Imaginación de los alrededores de Oviedo en el siglo IX. Una zona verde y hermosa, de abundante foresta, con flora y fauna autóctona. Un lujo para los sentidos para un rey guerrero. Para un rey que, aunque residente en la capital, de vez en cuando se siente cómodo fuera del ambiente de la Corte.

Santa María del Naranco Oviedo


Santa María del Naranco Oviedo


Imagínación de Santa María del Naranco como el “refugio” perfecto del mundanal ruido, como una residencia temporal con las mejores vistas del mundo. Concebida por una mente culta, cosmopolita, sabia y universal, este palacio, que muy pronto se convirtió en iglesia, es el Partenón del Arte Prerrománico y no tiene parangón en toda Europa.

Con Santa María del Naranco aparece por vez primera la bóveda de medio cañón peraltada, apoyada sobre arcos fajones, que, a su vez, descargan el peso sobre columnas o pilastras adosadas al muro (contrafuertes). Esta técnica se utiliza por primera vez en la arquitectura española y es un claro precedente de la arquitectura románica. Con Santa María llega la innovación, una obra única en el mundo para la posteridad.

Aún hoy, Santa María inspira la paz y la armonía con la que fue concebida. Es un punto de encuentro con el pasado, con vistas panorámicas al paisaje, a la historia y al alma asturiana.

Parece tocada por la providencia, pues providencial ha sido que llegara hasta nuestros días, y podemos disfrutar de ella y con ella, en momentos muy personales.

¡En Santa María del Naranco descubrirás otro mundo!


San Miguel de Lillo 

capilla palatina y sueño regio

San Miguel de Lillo Oviedo

Nombre: Iglesia de San Miguel de Lillo o Liño 
Emplazamiento: Oviedo (Principado de Asturias) 
En el Monte Naranco. 
Es de titularidad eclesiastica. 
Estilo: prerománico asturiano siglo IX 
Declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en diciembre de 1985. 
Bajo la advocación del arcangel San Miguel. Citada en el Libro de los Testamentos de la Catedral de Oviedo en los años 857 y 905. 

Historia 

Ramiro I erigió en las faldas del Monte Naranco un palacio (hoy Palacio de Santa Maria del Naranco), y como iglesia palatina construyó hacia el 848 (siglo IX) la presente iglesia, en un primer momento bajo la advocación de Santa Maria y San Miguel y más tarde conocida como San Miguel de Lillo, al pasar el palacio a desempeñar funciones de iglesia con el nombre de Santa Maria. 
























Su advocación a San Miguel Arcangel está constatada desde el año 908. 

Formaria parte de un conjunto palatino en el que también se incluirian toda una serie de pabellones construidos en materiales perecederos y que hoy dia no se conservan. 

La iglesia palatina de San Miguel de Lillo fue consagrada por Ramiro I el 23-06-848, de acuerdo con la inscripción grabada por el propio rey y su esposa, Paterna, en el ara conservada en el Palacio del Naranco. Diversas crónicas del ciclo historiográfico de Alfonso III hacen explicíta referencia a la construcción de la iglesia de Lillo. Así, la Crónica Albeldense nos dice: "... en el lugar de Lillo construyó una iglesia y palacios, con admirable obra de bóveda". Mientras que la Crónica ad Sebastianum (hacia el 885) realiza una precisa referencia del edificio: " Entretanto el dicho rey fundó una iglesia en memoria de Santa María (la actual iglesia de San Miguel de Lillo) en la falda del monte Naranco, distante de Oviedo dos millas, de admirable belleza y hermosura perfecta y, para referirme a otras de sus hermosuras, tiene una bóveda apoyada en varios arcos, y está construida solamente con cal y piedra; si alguien quisiera ver un edificio similar a ése, no lo hallará en España (se entiende la musulmana). 




La iglesia de Lillo ha llegado a nosotros parcialmente conservada, al haber sufrido ruina buena parte del edificio hacia el siglo XII. De su primitiva obra se conserva el antecuerpo occidental, donde se abre la puerta de ingreso a un vestibulo sobre el cual se eleva la tribuna regia, y el primer tramo de la arquería del cuerpo central de la nave, que son los restos actualmente conservados. Todo el edificio está rematado por cubiertas a dos aguas, estando formada su cubrición original por "tegulae" romana e ímbrices, habíendose encontrado restos de los mismos en el transcurso de las excavaciones realizadas.  
La altura de la iglesia es tres veces el ancho de la nave central. La planta basilical, de 20 metros de longitud, estuvo formada por tres naves, la central más ancha y alta que las laterales. Cabecera tripartita y a los pies del templo, un vestibulo, la tribuna real, escaleras y varias dependencias. Se cubre con bóveda de medio cañón apoyada en arcos fajones. Se especula acerca de la posible existencia de dos estructuras a los lados simulando el aspecto de transepto pero todavia no esta demostrado. Se conserva el primer tramo de los cuatro de que constaba. 

Hoy dia sus medidas son 10 metros de ancho por 11 metros de largo. 

La planta original del fragmentado templo palatino de Lillo, independientemente de sus exactas y precisas dimensiones primitivas, responde a la tipológia común a las iglesias asturianas de la época: planta basilical de tres naves con disposición del ámbito de arquerías apoyado en columnas con una cabecera tripartita destruida, orientada al este, y un cuerpo de entrada, que alberga el vestibulo sobre el cual se encuentra situada la tribuna regia abóvedada. A sus lados, y simétricamente dispuestos, se abren dos escaleras de acceso a la misma. La nave central tendria unos 11 metros de longitud, estando separada de las naves laterales norte y sur por sendas arquerías con arcos de medio punto peraltados, apoyados en capiteles que, en número de cinco, descansarían sobre cuatro columnas exentas y dos entregas. En la actualidad, solamente conserva el primer intercolumnio de cada una de las dos arquerías. 

La forma definitiva en que podemos verla hoy dia data de 1.838. 

Actualmente sólo se mantiene en pie una tercera parte del edificio original porque en fechas anteriores a 1115 sufrió un derrumbamiento que acabó con su triple ábside y tres tramos de la nave. Según las cronicas, las causantes de este hecho fuerón sus elevadas bóvedas y las aguas de un arroyo cercano que socavarón los cimientos. La parte que actualmente se conserva corresponde a los pies de la iglesia, ya que la cabecera quedó destruida. 

Tras el hundimiento, el ara fué trasladada al mirador oriental de Santa Maria y transcurrido un periodo de tiempo indeterminado, los restos que permanecierón en pie fueron cerrados con un muro bastante chapucero de materiales reaprovechados del derrumbe y se construye una capilla rectangular con una tosca bóveda de cañón para volver a dotar al edificio de uso litúrgico. Siglo XIII o XIV. 

Es un edificio completamente abóvedado en el que el arquitecto ha buscado compensar las cargas de la nave central, con las bóvedas de cañon de las naves laterales y el pórtico. Las naves se encuentran separadadas mediante columnas (hasta este momento en el arte prerrománico se empleaban pilares), cuyas bases contienen una curiosa decoración escultórica. 

El vestíbulo y el arranque de las tres naves es lo que queda de la primitiva planta. Sobre el vestibulo se halla la tribuna real, a la que asciende por angostas escaleras, y en la tribuna hay dos pequeñas estancias, a sendos lados, posiblemente para descanso del rey y de la reina, en ceremonias largas. Sobre la tribuna hay otra pequeña estancia, que no tiene acceso. Las cubiertas son de bóveda de medio cañon formuladas en tramos que alternan sus ejes entre sí -transversal y longitudinal- y, al propio tiempo, con los de la nave central.






Las cubiertas de las naves que han llegado hasta nosotros adoptan una configuración peculiar. La bóveda que recubre la nave central sigue un eje oeste-este mientras que las laterales se colocan perpendiculares al mismo, es decir, de norte a sur. La gran altura a las que estan dispuestas (once metros la central y ocho las laterales) condiciona el uso de un material ligero para su construcción. Se recurre por ello a la piedra toba como ya se hizo en Santa Maria del Naranco. 

La separación de las naves se lleva a cabo a través de gruesas columnas y no de pilares, caso insólito en la arquitectura asturiana. Sobre éstas se asientan unas arquerías de medio punto con roscas sogueadas y por encima, continúa la pared maciza hasta alcanzar la bóveda, que es reforzada con arcos fajones. Los capiteles son de forma cubicatroncónica y las basas se caracterizan por estar decoradas con las figuras de los cuatro evangelistas y su simbolo zoomórfico.

Hay muchos detalles 
decorativos escultóricos, en los que es evidente una influencia lombarda.
Exteriormente los muros son recorridos por contrafuertes y en ellos se abren huecos que se adornan con celosias de piedra completamente trabajadas. De la totalidad de las celosias del monumento, se conservan cuatro originales.

La iglesia carece del típico vestibulo exterior de las iglesias asturianas. Su fachada occidental (puerta principal) tiene una altura de nueve metros hasta la divisoria de aguas de la techumbre. En la parte superior de la puerta, con dovelaje de ladrillo y con signos de reformas posteriores se abre un vano cegado, al que se sobrepone una celosía, de factura contemporanea. En los lienzos externos laterales se abren, a elevada altura, sendas celosías, que iluminan, con su tamizada luz, los accesos interiores a la tribuna. El conjunto de la fachada está flanqueada pro dos contrafuertes, cuya función de contrarresto no se corresponde en el interior con columnas adosadas.

En las fachadas meridional y septentrional solamente se puede observar el primer tramo externo de la construcción original. Tres contrafuertes de tres metros y medio de altura, y con dibujos de estrias vertical, en la más pura tradición decorativa ramirense, actúan con funcion de estribo como contrarresto interno con la articulación interior del conjunto de bóvedas, apoyadas en columnas rematadas en impostas. El sector oriental externo representa una ruptura radical con la obra original anterior. Se abre una cabecera de tosca ejecución y se percibe, en su extremos norte y meridional, sendas arquerias apoyadas en semicolumnas, con dovelaje de ladrillo, cegadas, que permiten comprobar la continuidad original de las navaes colaterales. Los paramentos no conservan pulcritud en su mampostería, pudiendo apreciarse una desigual utilización de sillarejo mal tallado, combinado con mampuesto de época, piezas labradas del propio edificio, reutilizadas en la construcción de los muros, así como la reconstrucción de contrafuertes, de nueva factura, con una ubicación novedosa, sin función estructural original.

La iglesia conserva un antecuerpo a occidente, donde se abre el vestibulo cubierto con bóveda de cañon. Traspasado este umbral se accede al primer y único tramo de naves actualmente conservado. La iglesia esta completamente abóvedada, a semejanza del vecino "palacio". El sistema de abovedamiento encierra un proceso de efectiva y compleja solución técnica para el momento historico-artístico en que se construye. La bóveda de cañón de la nave central, apoyada sobre arcos perpiaños, se contrarresta, en sentido longitudinal, por las bóvedas del vestibulo y la tribuna regia del secctor occidental y, en sentido perpendicular, por las bóvedas de las naves laterales, situadas al norte y sur, respectivamente. Estas bóvedas conservan una altura de nueve metros, inferior en dos metros la de la nave central, por lo que esa diferencia de altura entre las naves impide que se produzca un contrarresto efectivo. La mayor elevación de las bóvedas laterales pudiera obedecer a la necesidad de abrir grandes ventanas en sus muros, con lo que ello supondría de aligeramiento de la presión de la bóveda.

La bóveda central tendría una continuidad a los largo del eje central de incierto término. Es de suponer que el remate de la cabecera tripartita tuviera características similares, en su disposición de arquerías murales, columnas, tabernáculo, etc ...., a la capilla mayor y ábsides, de otras iglesias del periodo alfonsí, como Santullano.

Es destacable el uso de la columna como apoyo de los arcos en sustitución del tradicional pilar asturiano, siendo San Miguel de Lillo la única iglesia que rompe esta norma o regla. Aquí, las columnas tienen una altura excepcional de 3'60 metros y representan la tercera parte de la altura total de la nave interior, con una medida de 11 metros. Sus fustes tienen unos 60 cm.de diámetro proporcionando un impacto visual de gran efecto monolítico. Las columnas entregas adosasas a los muros de las naves laterales conservan capiteles imposta con enmarque de cordón sogueado, en directa correpondencia con los contrafuertes exteriores creando, de esta suerte, una articulación de refuerzo de la estructura arquitectónica.

La columnas tienen un capitel troncopiramidal de tradición bizantina decorado con motivos geométricos de tradición visigóda. Conservan, en sus caras, un dibujo circular con motivos florales, inscritos en enmarcaciones con ribete en doble cordón sogueado, de similiar ejecución al collarino sogueado del capitel. Las basas tienen, igualmente, una notable dimensión: cerca de 80 cm.de lado, configurando un cuadrado, estando talladas en piedra arenisca de una sóla pieza. El conjunto, de sus cuatro caras está configurado por arcos apoyados en columnas. Los arquillos tienen forma sogueada y apoyan sobre esquematizados capiteles. En el interior de los diminutos arquillos se inscriben relieves de figuras humanas. Representan a los evangelistas en posición de lectura, o escribiendo en la clásica representación tardoantigua. En el interior del arco central de cada cara se encuentran relieves de figuras aladas. Los prototipos de estas representaciones habria que buscarlos en manuscritos carolingios. La representación del Tretamorfos y asu carácter apocaliptico ponen, a su vez, las basas de San Miguel de Lillo en relación con otros campos artísticos como el de la orfebreria. Ese es el caso de la arqueta relicario que Alfonso III ofreció a la catedral de Astorga. En sus cuatro caras se encuentran talladas, en el interior de arquillos apoyados sobre columnas, las figuras del Tetramorfos.







En las jambas de la puerta de ingreso, hay dos grandes piezas monolíticas de piedra con relieves que reproducen motivos de un diptico de marfil bizantino del siglo VI (506). Con seguridad el monarca poseía una copia que hoy día no se conserva. Su uso como modelo se ha interpretado como signo de poder real. 


Elevada importancia artística tienen estas jambas, situadas a ambos lados de la entrada del templo. Estan divididas en tres superficies rectangulares, rodeadas por variados motivos ornamentales, que muestran un perfil de soga tipicamente ramirense. Las piezas ofrecen una especial relevancia al conocerse el motivo original que inspiró al artista que efectuó la talla. El modelo de inspiración es el díptico consular romano-bizantino ejecutado en marfil del consúl Aerobindus (506 d.c.) del que se conserva un ejemplar en el Museo de Leningrado (San Petersburgo) y en el Museo de Cluny (París). La talla del díptico, representa al consúl sentado en un subsellium y acompañado de dos acólitos; sostiene un cetro en la mano izquierda y la mappa (pañuelo que contiene arena) en la mano derecha, el cual, en el momento en que fuera echado a la arena del circo señalaría el inicio de los juegos. La disposición de estas imagenes ha sido trasladada, con especial fidelidad, a la decoración de las jambas. El cuadro escénico del centro se decora con episodio de los juegos en el que se representa a un saltimbanqui que, ayudado de un bastón o pértiga, salta sobre un león; en su extremo un hombre esgrime un látigo en su brazo levantado. El tercer cuadro escenico es una repetición del primer cuadro superior. Las jambas constituyen una de las escasas muestras de un tipo de escena no religiosa situadas en las entrada a un templo palatino altomedieval en Europa. Sólo en Bizancio existierón representaciones paganas de esta clase. 

Esta decoración escultórica es de gran interes y refleja tanto el influjo bizantino como el oriental, a los cuales el arte prerrománico se vió sometido en esa época.












 



En el exterior de Lillo, los contrafuertes dan a la obra una imagen esbelta y agraciada. Asimismo, las ricas celosias que adornan sus ventanas, obligan a que la vista se pose en estos admirables objetos donde rosetones y circulos entrecruzados, dotan a la piedra de una singular belleza. 

También hay que destacar las trabajadas celosías que cubren los huecos exteriores.












Sin lugar a dudas, uno de los elementos más complejos de la construcción es su vestíbulo, sobre el que se emplaza la tribuna real. A diferencia de los realizados en el periodo de Alfonso II, éste introduce gran parte de su volumen dentro del edificio en vez de configurarse como una estructura saliente diferenciada. Se cubre con bóveda de cañón. 

La tribuna regia de la iglesia de Lillo conserva una superficie rectangular cubierta con bóveda de cañón apoyada sobre líneas de imposta con doble sogueado. Se abre a la nave central por un arco toral con dovelas en piedra caliza decoradas con relieves geómetricos. El arco descansa sobre sendas columnas rematadas en capiteles imposta en forma de paralepipedo, de similar ejecución a los distribuidos en el resto de la iglesia. En cada uno de los lienzos, septentrional y meridional, de la tribuna se abren dos vanos rematados con arcos de medio punto que dan acceso a las escaleras y a una habitación de función imprecisa. A destacar la decoración de estos arcos, compuesta por roleos geometrizados en los que se observan ruedas solares y rosetas unidas por estrías de significativa influencia oriental. En la parte inmediatamente superior a la bóveda de la tribuna se sitúa una pequeña camara ciega cuyo único acceso consiste en un hueco, rematado en arco de medio punto abierto al muro occidental de la nave central.




La tribuna regia evoluciona con respecto a la vista en San Julián. No se coloca en uno de los lados del transepto sino en un nivel superior al vestibulo y centrado sobre el eje longitudinal de la nave central. Se cubre con bóveda de cañón. Tiene dos puertas con arcos de medio punto a cada lado que la comunican con las escaleras de acceso y una estancia lateral. La ventana abierta en el muro para iluminar el recinto está cubierta con una celosía, realizada en una gran losa de piedra, que presenta un calado minucioso y preciosista. 
La existencia de una tribuna en el interior, destinada a ceremonias a las que asistia el rey, denota la influencia carolingia en este edificio. 
Sobre la parte de bóveda que cubre la tribuna hay un compartimento inaccesible, iluminado exteriormente por una celosía circular, que proporciona una gran esbeltez al edificio. 

De las multiples celosías que originariamente tendría la iglesia solamente se conservan, actualmente, tres y un rosetón calado, ubicado en la pared occidental del muro que cierra la cámara ciega. Un interés artistíco singular lo reviste la celosía de la ventana abierta en el muro del mediodia. Está tallada en una pieza única de piedra, monolítica, de 1'80 metros de alto por 0'90 metros de ancho. Está envuelta por un fileteado de característico de doble sogueado diferenciandose dos partes: la superior está compuesta por un tímpano de rica tracería de delicados circulos torneados entrecruzados. La parte inferior consiste en un enmarque y triple arcada con doble sogueado que apoya en estilizadas columnas con fuste sogueado, coronadas por capiteles corintios. 

En el Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo, se encuentran tres juegos de cancel pertenecientes, supuestamente, al templo de Lillo cuya función sería jerarquizar los espacios liturgicos, por medio de una barrera, separando el presbiterio del spatium fidelium; el clero de los fieles. Su ubicación precisa en el espacio de la iglesia está sujeta a conjeturas al encontrarse ésta espacialmente transformada. Los elementos que configuran el cancel son basicamente tres piezas: la placa o tablero conteniendo motivos decorativos incisos, la barrotera sobre la que encajaba la placa de cancel, y el lecho sobre el cual ensambla todo el conjunto. Se conservan una placa de cancel de mármol gris en la que en una de sus caras se encuentra tallado a bisel un grifo alado, situado entre diversos motivos florales de filiación oriental, considerado tradicionalmente de época visigóda, con una fecha en torno al siglo VII. En el reverso se ha grabado un árbol muy estilizado palmiforme, con formas de tallo de hojas serpeantes junto con dos folículos acorazonados, y de tradición igualmente oriental. Su cronologia se puede situar en el periodo ramirense, o en el de Alfonso III. Este mismo tema decórativo lo encontramos en una segunda placa de cancel tallada con el mismo ornamento por ambas caras. La tercera placa es, igualmente, de mármol gris y su decoración calada la forman un motivo de arcos peraltados sobre los que se ha grabado un simil de sogueado en espina, encontrándose apoyados en un capitel central troncopiramidal. En el interior de cada arco figura una cruz, y en la parte superior de todo el conjunto, aparece una franja decorada con un motivo decorativo de incisión en espiga. La barrotera de cancel, de la que se conservan varias piezas, es también de material marmóreo gris y está decorada por figuras humanas con un cayado entre sus manos, en la parte superior, mientras que, en la inferior, la figura permanece sin ningún objeto. El lecho de cancel, destinado a encajar las placas y la barrotera mediante una acanaladura abierta en su parte superior, es de piedra arenisca y está decorado con un bajorrelieve que representa a un caballero montado en un caballo con un supuesto casco y una lanza. 




El templo estaba decorado interiormente con pinturas al fresco. Los motivos son tanto geométricos (hexágonos y circulos, ya vistos en Santullano) como humanos. Estos últimos revisten mayor interés porque no los volveremos a encontrar despues de la etapa ramirense. Las figuras que aparecen son hieráticas, antinaturalistas y desprorpocionadas. Dominan los colores rojo, amarillo y verde.




Los muros estuvierón decorados con pinturas murales, con clara evolución en sus composiciones con respecto a las inmediatamente anteriores de San Julián de los Prados, ya que se abandona toda servidumbre a la pintura decorativa romana, introduciéndose escenas en las que la figura humana representa el papel principal. 

Estas representaciones reciben también una evidente influencia lombarda. En el muro sur de la nave, quedan restos de un mural que parece identificar una representación de la Sagrada Familia, y en el muro este, de la misma nave, a unos seis metros de altura, quedan restos de otra figura, con traje amarillo y manto oscuro, que tañe un instrumento musical parecido a un laúd. 

La figura humana es las pinturas de San Miguel de Lillo tiene, también, otro especial interés, puesto que se trata de las primeras del arte pictórico español. Hay también restos de la decoración en las bóvedas. 

Una de las peculiaridades más notables que caracterizan la pintura mural de este templo ramirense es una cierta evolución respecto al tratamiento de los temas pictóricos tradicionales presentes en la iglesia de San Julian de los Prados. El interés de la pintura mural conservada en esta iglesia se encuentra precisamente en que por primera vez en el arte asturiano se representa la figura humana al fresco; aunque, lamentablemente, los restos conservados se hallan en avanzado estado de deterioro. 

Estilisticamente las representaciones de frescos policromados conteniendo figuras humanas en el templo de Lillo conservan ciertas influencias de modelos pertenecientes a la época o la tradición visigóda del siglo VII, bien en forma de relieves o bien de manuscritos iluminados. Así, existen ciertas semejanzas con la figura del apostol Felipe, representado en uno de los capiteles de la iglesia de San Pedro de la Nave. Los restos pictóricos de las figuras conservadas en el templo de Lillo se reducen a tres, situados todos ellos en la nave lateral sur. En este lienzo se encuentran los restos de un fresco en el que se identifica una figura sentada en un trono con su cabeza, de forma ovalada, en posición frontal. Su rostro es de color rojo, con los ojos almendrados. La boca está representada por una tenue línea negra. El trono tiene un alto respaldo rematado por un círculo. Próxima a esta figura, en el lado derecho de la imagen, observamos otra figura mucho más pequeña en posición de perfil. La cabeza es apenas reconocible suficientemente y tiene extendidas la manos hacia la izquierda del cuadro éscenico. Los pies están también dibujados de perfil y debajo de ellos se representan unos arbustos compuestos por diversas ramas en la que se observan con detalle remates de hojas. La composición está delimitada por un cierre de cuadrados, en cuyo interior destaca una roseta cruzada por diagonales. Originariamente esta franja se prolongaría en forma de cuadrado enmarcando la totalidad de la representación pictoria descrita. El motivo de esta figura entronizada y su conjunto pictórico pudiera constituir un antecedente con caracteres tipológicos mozárabes.

En la pared oriental de esta misma nave sur y a unos 6 metros del suelo se conserva la figura de un hombre cuyo rostro, también ovalado, tiene semejanzas con el busto anteriormente descrito. Una fina cinta rodea su frente, y sus ojos, mejor conservados que los la figura del trono, están representados por un círculo negro y un punto como pupila. La figura tañe un instrumento músical, un cordófono, quizás un laud de mástil largo; en el extremo superior se observa la mano que sujeta el instrumento. El hombre con el laud mantiene relaciones estilisticas con las figuras del Beato de San Millán de la Cogolla (primera mitad del siglo X) que tañen el mismo instrumento. 

Los frescos de la bóveda central, al igual que los las naves laterales, así como la presencia de otros restos de pinturas de diversas zonas de la superficie de sus paredes, permiten establecer una plena similitud de estilo con las pinturas de Santullano. Influencia que, posteriormente, se extenderán a otras iglesias prerrománicas asturianas. 

Las pinturas de la bóveda central de Lillo son una copia de las mismas pinturas presentes en el ábside central del templo de Santullano. Los motivos pictóricos se basan en una alternancia de círculos y cuadrifolios asimétricamente dispuestos. 

Las bóvedas de las naves laterales conservan también en buen estado restos de pintura primitiva. Sustancialmente coinciden también con la decoración pictórica de las bóvedas de las capillas laterales de Santullano. La composición esá integrada por cuadrados y hexágonos. Los cuadrados tienen en su interior un rosetón de ocho hojas, mientras que en los hexágonos aparece dibujado un círculo del cual irradian dos filas de motivos florales. 

Otros motivos ornamentales de carácter pictórico se encuentran en este templo, si bien carecen de las frescura de color y el buen estado que desearíamos. Básicamente, estos restos quedan reducidos a la nave lateral sur. Es destacable la arquivolta decorada con una alternancia de circulos rojos y negros que conforman, entre ellos, un pequeño círculo del que irradian finas y alargadas hojas que recubren parte de los círculos. Este motivo recorrería la totalidad de los arcos del templo y es de características similares a los del citado templo de Santullano. 



Recuerda que sigues viviendo en el siglo IX. Que eres un rey medieval, cristiano y europeo. Que te vas de vez en cuando a las afueras de Oviedo, para retirarte, para meditar, para descansar, o para contemplar el paso de las horas. Tienes un bello palacio, único en Europa, y por supuesto no te puede faltar la capilla o iglesia palatina, en la que asistirás como es propio de tu rango y condición, a los oficios religiosos…






¡Pues eureka! Eso es precisamente lo que es San Miguel de Lillo, una iglesia, que hasta hace poco tiempo tuvo función parroquial.

San Miguel de Lillo es otra sobreviviente al devenir del tiempo, y es fácil imaginar el tránsito cortesano entre el palacio y la capilla, todo el ambiente en torno al conjunto palaciego, que probablemente tuvo otras construcciones adyacentes, que no han sobrevivido al paso del tiempo.

San Miguel es otra pieza es este “unicum” del ciclo Ramirense que te dejará perplejo por su sencillez, su sobriedad, y su elegancia eterna.


San Miguel de Lillo Oviedo

¡A tan solo unos metros de Santa María del Naranco, te encontrarás esta otra joya prerrománica!


Iglesia de San Julián de los Prados 






Nombre: Iglesia de San Julián de los Prados 
Ubicación: Oviedo. Principado de Asturias 
Declarado Monumento Histórico Artístico en 1917 
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998 
Estilo: Prerrománico asturiano. Siglo IX

Historia
La iglesia también es conocida como Santullano, deformación del nombre latino "Sanctum Iulianium" (San Julián), ya que la iglesia se encuentra bajo la advocación de San Julián (Iuliani) y su esposa Santa Basilisa (Baselisse). El sobrenombre de Los Prados, le viene por su lugar de emplazamiento. 

San Julián y Santa Basilisa naturales de Antioquía-actual Turquía (también se habla de Egipto) hicieron promesas de castidad y virginidad a pesar de estar casados entre si. Acabaron retirándose ambos al desierto para efectuar una vida monacal y vivir conforme a sus promesas. Sin embargo San Julián murió mártir en la persecución del emperador Diocleciano, mientras que Basilisa parece ser que sobrevivió a las persecuciones. 

El templo fue construido en tiempos del rey astur, Alfonso II el Casto, el cual estableció la capital del nuevo reino en Oviedo en el año 792, ciudad en la que había nacido. En el testamento del rey Alfonso otorgado en el 812 no aparece citado, por lo que se considera que la iglesia se construyó entre el 812 y el 842, fecha de muerte. 

Oviedo es una ciudad fundada sobre una colina llamada Ovetao en el 761 por los monjes Máximo y Fromestano que levantaron una ermita en honor a San Vicente Mártir. Alrededor de esta iglesia se aglutinaría la población que daría origen a la ciudad de Oviedo. 

El templo formaba parte de un conjunto palatino de recreo compuesto de palacio e iglesia, extramuros de la ciudad. De todos los edificios que componían el conjunto solo la iglesia ha llegado hasta nosotros. 

El nombre de su arquitecto no nos ha llegado, pero sí sabemos que el arquitecto del rey Alfonso, era Tioda, por lo que es presumible afirmar que Tioda fuera el arquitecto que levantó esta obra. 

En el 896 el rey Alfonso III el Magno dona el conjunto palatino a la Catedral de San Salvador de Oviedo. 

Entre 1912 y 1915 Fortunato Selgas arqueólogo local, restauró la iglesia, quitando los añadidos de la misma, sustituye la cubierta abovedada por cubiertas de madera, se reponen las celosías menos la del ábside norte que es original, y limpia el interior de la iglesia del encalado que la cubría apareciendo las pinturas murales en sus muros. 

La puerta abierta en la habitación del transepto sur, fue abierta en 1916 para permitir su acceso desde el exterior. 
























La iglesia se dispone en planta basilical, transepto sobresaliente en planta y cabecera recta tripartita. Tiene unas medidas de 28 x 24 metros. 

Después de atravesar el pórtico de entrada, accedemos a una planta basilical formada por tres naves de tres tramos cada una, separadas por grandes pilares cuadrados que sostienen arcos de medio punto con dovelaje de ladrillo. Los arcos se apoyan en cimacios y los pilares descansan sobre basas cuadradas. La nave central es mas ancha y alta que las laterales. A continuación un gran arco toral nos lleva a la gran nave transversal de mayor altura (dos metros más que la nave central) que forma el transepto sin crucero. Sin solución de continuidad accedemos a la cabecera tripartita, formada por tres capillas abovedadas y sin comunicación entre sí. 




El templo está realizado en sillarejo con lajas irregulares de piedra unidas por mortero, con refuerzos de sillares en las esquinas y contrafuertes. Los contrafuertes suben hasta mitad de la iglesia, excepto en la cabecera que llegan hasta la altura de la ventana trífora. 

El suelo original era del conocido como "opus signinum" formada por polvo de ladrillo, trozos de tejas y piedras mezcladas con cal, lo que era muy eficiente contra la humedad.























nave central permite la apertura de dos vanos en forma de ventanas con arcos de medio punto. 

Dispone además la iglesia de un pórtico de entrada en su fachada occidental, situada a los pies de la iglesia, es la entrada natural a la iglesia. Formado por un arco de medio punto con dovelas de ladrillo. Debajo del tejado un pequeño óculo y más arriba en el hastial de la nave central otro pequeño óculo. Remata el conjunto una espadaña con dos pequeñas campanas. El pórtico tiene base cuadrada, cubierta de madera y tejado a doble aguas. Esta cubierta de madera conserva nueve vigas que están grabadas con dibujos geométricos. 

Una habitación a cada lado del transepto, una situada en la fachada norte y la otra en la fachada sur. La situada en el lado norte cumplía funciones de sacristía y no tiene salida al exterior, mientras que la habitación del lado sur tiene una salida al exterior, abierta como hemos dicho en el siglo XX. 

Los arqueólogos afirman que en el muro del transepto norte y en alto debió existir una tribuna regia confeccionada en madera y que sería el lugar desde donde el rey seguía el oficio divino. A la misma se accedería por una escalera situada probablemente en la sacristía. Un gran ventanal cerrado por una celosía calada y situada enfrente en el muro sur iluminaba el lugar, realzando la figura del monarca al ser iluminado por la luz tamizada de la celosía. 

Toda la iglesia, pórtico, transepto y habitaciones se cubren con cubiertas de madera de roble, excepto en los tres ábsides en que se cubren con bóvedas de cañón apoyadas en impostas. Las techumbres de madera excepto en algunos tramos no son originales. 

La cabecera está formada por tres ábsides con testero plano. A cada lado de la capilla central una pequeña puerta comunica con los ábsides laterales. En el testero de la capilla central un pequeño tabernáculo en forma de edículo rematado por un frontón triangular. La separación entre el transepto y las capillas absidiales se realiza, a través de tres arcos de medio punto.















Presidiendo la capilla central, cuelga del techo un Crucificado realizado en madera policromada y de tamaño natural, fechado en el siglo XIII y conocido como Cristo del Consuelo. Adosado al perímetro interior de la capilla central se dispone una arquería ciega que apoya en columnas y capiteles de mármol, visigodos o romanos reaprovechados de algún monumento anterior. 

Las capillas laterales tienen la misma disposición de arquería ciega que la capilla mayor, sólo que en este caso la arquería está pintada sobre el muro. 

El ábside central es de menor anchura que la nave central, mientras que los laterales son algo mas anchos que las naves laterales, siendo el conjunto de la cabecera por tanto de una anchura algo menor que el resto de la iglesia. 

Sobre la capilla central hay una habitación cerrada (cámara supraabsidial) cuyo fin nos es desconocido aunque los autores apuntan a una función estrictamente estética. Es perfectamente visible desde el exterior por su ventana trífora tan propia del arte asturiano. El suelo de esta cámara esta algo curvo por su adaptación a la bóveda de cañón sobre la que está construida. Desde este lugar dos canalizaciones salen al exterior para evacuar el agua que pudiera entrar en la cámara. Yo me inclino por llamarla cámara del tesoro, entendiendo por tesoro, como reliquias y objetos de valor de índole religioso y no monetario. La ventana trífora visible desde el exterior, es un vano formado por tres arquillos de medio punto en ladrillo, el central mayor que los laterales y que apoyan en dos pequeñas columnas con capitel y basa.









Las capillas absidiales se iluminan por tres pequeñas ventanas adinteladas con jambas y dintel monolíticos y con un arco de descarga de ladrillo en su parte superior. Las ventanas se cierra cierran mediante celosías 

El interior de la iglesia se ilumina por tres ventanas adinteladas a cada lado de la nave central y que se corresponden a una por cada tramo de la arquería. Las ventanas se cierran mediante celosías de estuco moldeado, siendo únicamente la situada en el lado norte del testero, original.




Decoración escultórica La única escultura que hallamos en la iglesia se reduce a los capiteles en mármol de tradición corintia con collarino y volutas de hojas, donde apoyan los arcos de medio punto de la capilla central y dos jambas de mármol labradas con figuras geométricas de forma hexagonal y motivos florales que se encuentran en la capilla central. Estas jambas también parecen provenir de algún otro monumento anterior. Es por tanto la decoración escultórica reaprovechada de monumentos anteriores y no original de esta iglesia. 

Pinturas murales Toda la iglesia se encuentra adornada con pinturas murales elaboradas al fresco. Formado por tres registros horizontales superpuestos, con decoración de tipo arquitectónico de influencias del Bajo Imperio Romano. La técnica empleada es el uso del punzón sobre el estuco y posterior pintura. No aparecen figuras humanas ni de animales (anicónicas), así destacamos la presencia de palacios con cortinajes, edificios, cruces con el alfa y omega, florones, circunferencias, hexágonos y cuadrados, vasos con flores y ramos, sartas y guirnaldas, los arcos se decoran con círculos entrelazados, sus bóvedas con casetones y otros motivos de tradición clásica. Las pinturas han llegado hasta nosotros de forma fragmentaria por lo que en algunos lugares de la iglesia han desaparecido. La gama de colores van desde el gris-azul, el ocre-amarillo y el rojo carmesí y siguen una tradición claramente de filiación romana.























El primer cuerpo o registro, abarca desde el suelo hasta el arranque de los arcos y se caracteriza por imitar un zócalo con revestimiento de mármol y figuras geométricas entrelazadas. En la nave del transepto para compensar la mayor altura de la nave sobre la parte superior del primer cuerpo se decora con una greca. 

El segundo cuerpo se decora con un friso con edificios revestidos de cortinajes y otros pequeños edificios. Decoración de casetones similares a los que cubren también las capillas absidiales. 

El tercer cuerpo se caracteriza por pinturas con construcciones con cortinajes en alternancia con espacios rectangulares, y cruces con las letras alfa y omega (la cruz apocalíptica de San Juan). Vasos y jarrones con flores. 

Así mismo los arcos de separación entre naves también van decorados con pinturas (círculos, cráteras de las que salen espigas). Grandes óvalos alrededor de los arcos con decoración de círculos concéntricos entre ellos. Tanto el intradós como los frontales de los arcos están pintados. 

Las bóvedas de los ábsides contienen dibujos formados por cuadrados y hexágonos y otros de círculos enlazados con motivos florales.




Iglesia San Pedro de Nora



Nombre: Iglesia de San Pedro de Nora (Sancti Petri de Nora) 
Concejo: Las Regueras. Principado de Asturias 
Estilo: Prerrománico asturiano siglo IX 
Declarado Monumento Nacional en 1931 
A orillas del rio Nora 
Por el concejo discurria la calzada romana de Astúrica (Astorga) a Lucus Asturum (Lugo de Llanera)

Historia
La iglesia sufrió importantes daños durante la Guerra Civil Española, por lo que a partir de los años cuarenta del siglo XX, Luis Menéndez Pidal comienza los trabajos de reconstrucción y restauración de la iglesia que no finalizarian hasta los años setenta del mismo siglo. 

Iglesia dificil de datar ya que la misma no se menciona hasta el siglo X, cuando el rey astur Alfonso III el Magno y su esposa Jimena, la citan en una donación efectuada a la catedral de San Salvador de Oviedo el 20 de enero del año 905. Junto a esta iglesia también se cita por primera vez a la iglesia de Santa María de Bendones. 

Por sus caracteristicas se adscribe al periodo del rey astur Alfonso II el Casto, cuyas principales manifestaciones son la Iglesia de Santullano de los Prados y la iglesia de Santa María de Bendones, con las que guarda similiares soluciones arquitéctonicas














De planta basilical, la nave central de cuatro tramos es mas alta que las laterales. Tiene una longitud de 11 metros y un ancho de 4,70 metros, mientras que las naves laterales sólo tienen 2,30 metros de anchura. 

La nave central se separa de las naves laterales por arcos de medio punto peraltados construidos en ladrillo. Se apoyan en capiteles imposta con decoración moldurada que en número de cinco, descansan sobre tres pilares exentos, de sección cuadrada, hechos de sillarejo y con basas igualmente molduradas. Los pilares tienen una altura de 3,60 metros.












La nave central se cubre con techumbre de madera y cubierta a dos aguas. Se ilumina por tres ventanas adinteladas en los muros laterales simétricamente dispuestas con los ejes de las arquerías, y un gran ventanal adintelado reforzado con arco de medio punto en ladrillo en el muro oeste. Todas las ventanas disponen de celosias de reconstrucción moderna.














La cabecera tripartita se encuenta situada al este. Los absides de forma rectangular se cubren con bóvedas de medio cañón realizadas en ladrillo. Esta se apoya en una linea de imposta moldurada, de caracteristicas afines a las de Santullano. Las capillas se comunican entre si por un vano formado por un arco de medio punto en ladrillo que se abre en cada uno de los muros de separación de las capillas. 

En el abside central encontramos un ediculo con un hueco excavado en el mismo, que se cree era el lugar reservado para guardar las reliquias. 






Cada uno de los tres ábsides dispone de una ventana adintelada con marco de piezas monolíticas que se cierran con celosias de reconstrucción modernas, formadas por circulos con cruces, y reforzadas asimismo por arcos de medio punto con dovelas de ladrillo.





En el ábside central se abre la camara supraabsidial, sin acceso interior como es habitual en estas iglesias y que se cierra por un vano formado por una ventana ajimezada de tres huecos apoyadas en dos columnas exentas y dos jambas extremas. Los arcos de medio punto estan aparejados en ladrillo y apoyan en capiteles imposta.


Se supone porque no han llegado hasta nosotros que tanto en la fachada norte como en la sur, deberían situarse dos capillas o habitaciones laterales, problablemente de dos pisos, por haberse encontrado dos huecos o vanos superpuestos en los muros. Estas habitaciones por los restos de los arranques que se han encontrado han permitido suponer que las medidas de estas habitaciones serian de 4,60 metros de longitud por 4 metros de ancho. La función de las mismas nos son desconocidas. 

Al interior de la iglesia se accede por un vestibulo reconstruido modernamente, de conformidad con los restos encontrados y siguiendo los mismos parametros que las iglesias contemporaneas de este periodo. Tal vez a ambos lados de este vestibulo pudiera haber dos camaras como era frecuente en la época aunque de estas camaras no se han encontrado restos. 

El acceso al vestibulo se realiza por un arco peraltado de medio punto con dovelas de ladrillo, que apoya en capiteles imposta y a su vez estos descansan en dos robustos pilares de sección rectangular. El acceso desde el vestibulo al interior de la iglesia se realiza por una puerta adintelada con dintel y jambas monoliticas, reforzada por un arco de medio punto con dóvelas de ladrillo. 

Los muros del templo son de sillarejo, mientras que en las esquinas lo forman sillares encuadrados a soga y tizón. Los aleros de las cubiertas descansan sobre ménsulas o modillones. También encontramos dos contrafuertes tanto en las fachadas norte y sur, asi como otros dos de mayor altura en la fachada este. Todos los contrafuertes estan formados por sillares de piedra bien trabajados. 

Originalmente todo el interior de la iglesia se encontraría adornado con pinturas sobre estuco. Se ha encontrado algún pequeño resto de pintura de dificil interpretación, pero que hace suponer que las pinturas seguirian una temática vegetal. 

En el lado noroeste encontramos una torre campanario exenta, del que no se han encontrado restos pero que el arquitecto Luis Menendez Pidal supuso debería tener la iglesia. La colocación de la torre es un tanto arbitraria puesto que como hemos comentado no se han encontrado resto alguno.





Entre el mobililario mueble que encontramos en la iglesia, tenemos una imagen sedente de San Pedro, sentado en su catedra, de madera policromada obra de Luis Fernandez de la Vega, imaginero asturiano del siglo XVII, y un crucificado también de madera que se situa en la nave principal en la pared que da entrada al abside central.


Iglesia de Santo Adriano de Tuñon





Nombre: Iglesia de Santo Adriano de Tuñon (San Adriano de Tuñon) 
Emplazamiento: Tuñon. Concejo de Santo Adriano. Asturias (Principado de Asturias) 
Estilo arquitectónico: Prerrománico asturiano. Siglo IX 
Declarado Monumento Nacional en 1931 
En las cercanias del rio Trubia 

Historia 

Consagrada el 24 de enero del 891 (siglo IX) en presencia de los obispos de Coimbra, Iria Flavia, Astorga y Oviedo (no obstante esta fecha está sujeta a controversia, pues parece ser que el obispo Pelayo [siglo XII] falseó la fecha). Es una construcción adscrita al periodo del rey Alfonso III y su esposa Jimena, que lo convirtieron en abadia benedictina. El templo sufrió una fuerte remodelación en el año 1108 (siglo XII) siendo nuevamente consagrada, sufrió nuevas reformas durante los siglos XVII y XVIII asi como en la mitad del siglo XX (1949-1954). De la segunda consagración encontramos una lápida en uno de los muros de la iglesia. 

El templo se encuentra bajo la advocación de San Adrian mártir y su esposa Natalia, decapitados a finales del siglo III, cuyos restos en la época se encontraban en León.






















Es un templo de planta basilical y tres naves de tres tramos, la nave central mas alta que las laterales, cabecera tripartita con dos contrafuertes al exterior y un pórtico de entrada modificado y alargado en exceso, resultado de reformas posteriores. En origen disponía de un nartex tripartito, con una tribuna regia de madera sobre la misma. La separación entre naves se realizan a traves de arcos de medio punto con dovelaje de ladrillo. En este caso los arcos apoyan directamente sobre los pilares de sección rectangular y realizados en mamposteria revestidos de mortero, ya que no disponen de imposta ni capitel como suele ser habitual en otras construcciones similares. 

La iglesia se cubre con armadura de madera a dos aguas, a excepción de las capillas absidiales que se cubren con bóvedas de medio cañón. 

Dispone en su fachada sur de una estancia que hoy cumple funciones de sacristia. En origen dispondría de otra estancia similar en su fachada norte, hoy ya desaparecida; pues su lugar lo ocupa el cementerio. 

Sus muros son de mamposteria y sillarejo con lajas irregulares de piedra unidas por lechos de mortero. Se refuerzan los muros con sillares en las esquinas. 

En el testero de la iglesia encontramos una ventana ajimezada de dos vanos separados por una pequeña columna central. Esta ventana es la que permite el acceso a la camara supraabsidial tan típica del arte asturiano. Como dato curioso podemos decir que al contrario de lo que ocurre con el resto de las iglesias asturianas, esta cámara dispone de comunicación con el interior de la iglesia, pero se considera que esta abertura es consecuencia de alguna de las reformas posteriores.















La iluminación del interior se realiza a traves de tres ventanas adinteladas con celosías reconstruidas situadas en los muros laterales de la nave central, una por cada tramo de la iglesia. Además cada capilla absidial dispone de una ventana para su iluminación. 

Sobre la portada de acceso se ha construido una espadaña de dos vanos, que albergan dos campanas. La puerta de acceso está formado por un arco de medio punto que apoya en impostas. Tanto la espadaña como el imafronte de la iglesia es consecuencia de las reformas del siglo XVIII. 





















Al igual que el resto de las iglesias asturianas, se han encontrado restos de pinturas murales en la capila mayor. De ellas destacan dos alegorias del Sol y la Luna, y por debajo de ellas un friso con almenas festoneadas de tipo musulman de influencia mozarabe; las primeras que se han documentado en una construcción. Esta decoración presenta elementos vegetales como hojas y flores. De ellas brota una cruz con astil que nos recuerda a la Cruz de Victoria. La presencia pictórica de almenas de tradición musulmana sólo nos puede llevar a la apreciación de que el artista era un mozárabe venido del Al Andalus. 

El acceso a la capilla mayor, se realiza a traves de un arco de medio punto que apoya en columnas con capiteles reaprovechados de época tardorromána. Se conserva un trozo de cancel de mármol gris decorado con motivos vegetales.




















Iglesia de Santa Maria de Bendones

Nombre: Iglesia de Santa Maria de Bendones 
Ubicación: Bendones (Asturias). Principado de Asturias 
Estilo arquitectónico: prerrómanico asturiano. Siglo IX. 
Se adscribe al periodo del rey astur Alfonso II el Casto. 
Declarado Monumento Nacional desde 1958



Historia
Esta iglesia fue descubierta por Joaquín Manzanares en 1954, aunque practicamente se encontraba destruida como consecuencia de los daños sufridos durante la Guerra Civil Española. Manzanares realiza los primeros trabajos de conservación e investigación sobre la configuración e su primitiva estructura arquitectónica. Pero será en 1958 cuando Luis Menéndez Pidal, restaure y reconstruya la iglesia en su totalidad, a pesar de las criticas sufridas por parte de Joaquin Manzanares por discrepar en la ejecución de la misma. 

Joaquin Manzanares es cronista oficial de Asturias y director de " Tabularium Artis Asturiensis" La primera referencia que tenemos de esta iglesia es en una donación hecha el 20 de enero del 905 a la Catedral de San Salvador de Oviedo por parte de Alfonso III el Magno (896-910). No obstante y a pesar de todo; por su estilo nos lleva a clasificarla al periodo de Alfonso II el Casto (792-842) y contemporanea de la Iglesia de Santullano, está si perfectamente datada en la época de Alfonso II.



















Su planta está formada por una única nave rectangular indivisa desarrollada en sentido transversal, vestibulo con dos cámaras laterales, y cabecera formada por tres capillas cuadradas. En sus lados norte y sur debierón existir a raiz de los restos encontrados en el lado sur, sendos pórticos laterales simetricos. La nave tiene unas medidas de 7,10 metros de largo x 10,45 metros de ancho. La iglesia se cubre con techo de madera. 

La cabecera orientada al Este como suele ser habitual y el pórtico de entrada al oeste.






La capilla Mayor de la cabecera tripartita se cubre con bóveda de cañón de ladrillo que apeaba sobre una imposta de mármol gris. Las capillas laterales de menores dimensiones se cubrian con cubiertas de madera con armadura a una sola vertiente. La cubierta de estas capillas tienen caida en sentido lateral, si bien su disposición original pudiera haber sido la caida en sentido longitudinal (oeste-este). 




Cada capilla dispone en su parte oriental de una ventana cerrada con celosias de ejecución moderna. 

Las capillas absidiales se separan de la nave mediante arcos semicirculares aparejados en ladrillo. El arco de la capilla central es bastante mas grande que los laterales. De este arco solamente es original el fuste monolitico, el capitel y la jamba derecha que conserva la basa con la hendidura por donde encajaba el cancel.





En la actualidad en la parte superior de la cabecera encontramos una cámara secreta o cámara supraabsidial como la que tiene Santullano, aunque aun es tema de discusión si la edificación original disponía de ella o no. Los restos de una ventana trifora encuadrada en un alfiz ha sido colocada en el lugar donde se supone iria la cámara secreta, aunque el hecho de encontrarnos con una alfiz mozarabe del siglo X plantea numerosos interrogantes.


La cámara secreta era un espacio que se situaba encima de la capilla mayor y que no tenia entrada mas que desde el exterior a traves de una ventana casi siempre con celosías y cuyo fin al día de hoy todavía no se le ha encontrado explicación. Es un elemento muy propio del arte prerrómanico asturiano. 

La decoración de la iglesia se limita a la decoración de los capiteles cónicos que forman la ventana trifora del ábside, los cuales se componen de anillos escalonados, con collarino y una moldura entre el ábaco y el astrágalo de funícolo o sogueado. También la decoración de los restos de canceles encontrados, que se componen de motivos vegetales simétricamente dispuestos en torno a un eje y otros de tallos de vid con racimos de pámpanos. La técnica usada es de bisel de tradición visigoda y de bulto redondeado de talla típica asturiana. Los tres arcos apoyan en dos columnas exentas y otras dos entregas.



Encontramos restos de pintura mural en el interior de la iglesia, asi en el intrados del arco de la capilla lateral de la Epistola, una espiga que sale de una copa o crátera. Sus colores son el rojo y el amarillo siluetados por trazos y fondos negros. Su clasicismo es de estirpe romána. Como los restos de pintura de un zócalo en la capilla lateral sur y un modillón en la capilla central del testero, que se encuentran en los muros de la iglesia, esta espiga parece ser obra del mismo taller que decoró la iglesia de Santullano.
















La entrada situada al oeste, está formado por un pótico o vestibulo y dos habitaciones laterales que podría considerarse como alojamientos de feligreses. Tal vez sea un nartex tripartito de claras influencias visigodas. La entrada a estas cámaras se realizan por vanos formados por arco de medio punto, y cada una de llas dispone en su frontis de dos grandes ventanas semicirculares con celosias de reconstrucción moderna.

Al vestibulo se accede desde el exterior por una puerta con arco de medio punto aparejado en ladrillo y apoyado en capiteles imposta que coronan sendas jambas monolíticas. Dos contrafuertes decoran la entrada. 

En las fachadas norte y sur encontramos dos habitaciones rectangulares cubiertas por una techumbre con armadura de madera, con funciones tal vez de indole liturgicas. Se iluminan estas habitaciones por una ventana adintelada con un pequeño arco de descarga en ladrillo, cerradas con celosias situadas en el testero de la capilla. 

La iluminación de la nave se realiza por dos grandes ventanas adinteladas cerradas con celosias en su lado mas largo y otras dos ventanas semicirculares también con celosias en cada uno de sus lados menores. En total ocho vanos permiten el paso de la luz al interior de la única nave.



En el lado suroeste se levanta un campanario o torre exenta del cuerpo de la iglesia, con forma rectangular y con una altura de 5 metros, si bien se considera que la altura de la torre nunca llegaría a esta altura. 

El templo tiene la primitiva mesa de altar unbicada en la capilla sur de la cabecera. Es de piedra arenisca grisácea con unas dimensiones de 1,12 metros de largo x 0.70 metros de ancho y unos 10 cm. de espesor. La superficie superior es lisa mientras que la interior tiene tallada una caja en la que se ensamblaria el pilar que soportaría la mesa. Se considera como el ara prerrómanica segunda en antiguedad despues de la existente en laIglesia de Santianes de Pravia. 

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