MUNICIPO de CUDILLERO (ASTURIAS)
Para sentir el Cantábrico no hay mejor manera de hacerlo que acercándose a uno de sus puertos más pintorescos y acogedores: Cudillero, en Asturias (en asturiano, Cuideiru). Mar, campo y montaña se unen en un municipio peculiar, enclavado en la parte centro-occidental de Asturias, no lejos de las dinámicas ciudades de Avilés, Gijón y Oviedo.
El municipio de Cudillero, con sus poco más de 100 km2 se ubica entre el Cantábrico y las alineaciones montañosas costeras que forman la gran Cordillera Cantábrica, en un territorio dominado por la Rasa Cantábrica, formación costera que alterna áreas planas, donde se asienta la mayor parte de la población, con escarpados acantilados y profundos valles labrados por los pequeños ríos que fluyen directamente al mar.
Mapa descriptivo del término municipal de Cudillero
Cudillero posee una población total de 5.568 habitantes repartidos en nueve parroquias (la entidad menor de división en la Asturias tradicional): Ballota (Val.louta), Cudillero (Cuideiru), Faedo (Faéu), Novellana (Nuviana), Oviñana (Ouviñana), Piñera, San Juan de Piñera (San Xuan de Piñera), San Martín de Luiña (Samartín de Lluiña) y Soto de Luiña (Soutu Lluiña). La capital municipal aglutina a un total de 1.490 personas.
Desde el Paleolítico y etapas prehistóricas posteriores, se tiene noticia de los primeros habitantes del actual término de Cudillero, tal y como muestran algunos restos encontrados en San Martín de Luiña y Piñera, así como los conocidos “castros” (La Garita, La Cavona, El Curión, entre otros), núcleos defensivos y residenciales utilizados por los pueblos prerromanos del norte y noroeste peninsular; en el caso de nuestro territorio, se trataba de los Pésicos.
Las primeras menciones a Cudillero se realizan en el siglo X, a través de las donaciones del rey astur Alfonso III a la iglesia, pero no será hasta el siglo XIII cuando se hable realmente del puerto de Cudillero, en esa etapa conocido como Codillero, posiblemente en referencia a la forma de dicho puerto (en codo) o también como derivación de la voz latina “cotellarium” (playa de piedras o guijarros). Lo que está claro es que la villa de Cudillero tenía una clara vocación como puerto pesquero, pues, según diversos historiadores, fue habitado por pescadores, conocidos como “pixuetos” (hoy por extensión se aplica a todos los habitantes de la capital municipal). El resto del municipio vivía de la agricultura y la ganadería
Esta actividad pesquera se demuestra en la gran cantidad de pobladores de otros puertos que atraía Cudillero en la época bajomedieval y moderna, hasta el punto de contar con un verdadero gremio de pescadores que faenaban en el Cantábrico, el Atlántico y el norte de Europa. El territorio que hoy forma el municipio estaba sometido a la casa Omaña, una familia noble que ejercía el poder en todo este espacio, con la clara oposición de los habitantes de la villa. CÓMO LLEGAR
Los accesos más frecuentados para llegar a Cudillero, tanto si viajas desde Galicia como desde el centro de Asturias, son la Autovía del Cantábrico (A-8) como la N-632. Las carreteras locales CU-2 y CU-3 te llevarán directamente a la capital municipal, perfectamente señalizada tanto por autovía como por carretera nacional. Otras carreteras regionales, como la AS-222 te llevarán al interior del municipio, donde te espera un cuidado espacio rural, digo también de visitar.
Localización del municipio de Cudillero en Asturias
Lo más destacable
Ya que el municipio es de un tamaño considerable y el tradicional poblamiento es disperso, te recomendamos que no te pierdas ningún aspecto tanto de la villa de Cudillero como el resto del territorio, por ello diferenciaremos dos partes: la capital y el espacio rural.
LA VILLA DE CUDILLERO
La villa de Cudillero es una pintoresca población marinera de unos 2000 habitantes situada en la costa cantábrica. Su especial situación, colgando de tres empinadas laderas, hace que las casas estén colgando unas de otras, adoptando una figura de anfiteatro en el que los palcos serían las casas y el escenario la plaza central del pueblo; perderse por sus callejuelas y escalinatas, contemplar el curadillo colgado de las ventanas, observar por sus numerosos miradores y disfrutar del ambiente marinero entre redes, aparejos y largas cañas, es una de las cosas que se debe hacer en esta villa.
Cudillero
La villa de Cudillero se sitúa en un profundo barranco longitudinal excavado por el río Piñera en su último kilómetro de recorrido antes de desembocar en el Cantábrico. Dicho río describe algunos meandros entre los que destaca el final, que describe un círculo casi completo girando desde el Sur hacia el Este primero y hacia el Noroeste después, horadando la base del monte de la Atalaya y dando lugar al denominado Anfiteatro, zona de residencia de los pixuetos o pescadores.
Cudillero
Cudillero
La principal actividad de Cudillero es la pesca; todas las tardes es posible contemplar la llegada de los barcos al puerto, seguidos por una gran cantidad de gaviotas, que dejan su carga en la lonja, antiguamente situada en el actual hogar del jubilado pero que ahora se encuentra al final del nuevo puerto, junto al astillero y otras construcciones relacionadas con el mar. A la pesca deben su nombre sus habitantes, pixueto, que deriva de pix, pez, y ueto, actividad; también posiblemente derive del rape o pixín (Lophius piscatorius), muy pescado en la zona. Por su lado, la palabra
Cudillero en la noche
Cudillero se refiere al codo o codillo que tiene la forma de la villa; durante el siglo XIII era llamada Codillero. La parte alta de la villa era conocida como la Cai, donde vivían los caízos, dedicados a actividades comerciales, mientras que la parte baja era Cuideiru, ocupada por los pixuetos, que vivían de la pesca y que además menospreciaban a los caízos al decir que sólo comerciaban con caballa y chicharro, pescado de menor calidad.
Cudillero
Cudillero
Cudillero
El edificio más antiguo de Cudillero es la Capilla del Humilladero, de estilo gótico del siglo XIII; dedicada a los rezos de las familias marineras, de ella hoy día sólo se conserva parte de la capilla.
La Iglesia parroquial de San Pedro, levantada por iniciativa del Gremio de Mareantes, data de mediados del siglo XVI.
Cudillero en la noche
El edificio del Ayuntamiento se construyo a mediados del siglo XIX bajo la dirección de Coello, en el lugar donde estuvo antaño la fortaleza medieval de los señores de Omaña.
Cudillero
Cudillero en la noche
Cudillero en la noche
Cudillero
En esta zona el caserío se dispone sobre un graderío natural, siguiendo las curvas de nivel y apoyándose en pronunciados taludes. El plano urbano de esta área estaba ya prácticamente definido en el siglo XIX.
Oleaje nocturno Cudillero
Abrigado entre los acantilados y el agosto valle del arroyo de San Roque, entramos a Cudillero a través de su imponente puerto, que nos deja entrever una maraña de casas de vivos colores que trepan ladera arriba de forma vertiginosa: esta es la imagen más conocida del pueblo.
Puerto de Cudillero, una de las imágenes más conocidas de la villa
Imagen del caserío de Cudillero ascendiendo por la ladera labrada por el Arroyo de San Roque
Se conoce como “el anfiteatro” a este espacio construido pues emula los antiguos anfiteatros romanos por la disposición del caserío a modo de graderío mirando hacia el puerto.
No te pierdas la ruta de los miradores trazada por la Oficina de Turismo de Cudillero a través de la cual, callejeando por la villa, a través de estrechas “caleyas”, podrás obtener las mejores y más impactantes vistas de la localidad, del puerto y del Mar Cantábrico.
Las estrechas caleyas de Cudillero invitan a dar un paseo, especialmente en la parte alta, donde se aprecian bonitas panorámicas
La arquitectura religiosa está representada en Cudillero por la iglesia parroquial de San Pedro, un edificio gótico-renacentista del siglo XVI, así como la Capilla del Humilladero, del siglo XIII, el edificio más antiguo de la capital municipal. Para finalizar este recorrido por Cudillero, puedes visitar el aula didáctica “Los Pixuetos y la Mar”, antigua lonja de pescadores ubicada en el centro del “anfiteatro”, donde se abre un pequeño museo sobre las costumbres marineras de los habitantes del pueblo.
La vía de acceso a Cudillero, conocida históricamente como la Cai (actuales cales Suárez Inclán y García de la Concha), también presenta una edificación escalonada, aunque no tan desarrollada en altitud como en el Anfiteatro.
El tránsito entre ambos espacios se define por una serie de pequeñas plazas conectadas entre sí, donde se celebra el mercado y se localizan los principales espacios públicos.
Cudillero
La fiesta tradicional más importante y que atrae a más visitantes es L’Amuravela, considerada de Interés Turístico Nacional desde 1976.
LOS ENTORNOS
En cualquier época del año, los colores del atardecer siempre parecen únicos en este escondite de Cudillero. El cabo Vidio está en la aldea de Oviñana, a pocos kilómetros del casco urbano de Cudillero.
vistas del Cabo Vidío, uno de los grandes promontorios y acantilados de la costa
Sin salir del término municipal, Cudillero te ofrece un amplio espacio rural en el que darte un pequeño paseo, establecer tus rutas de senderismo, a pie, a caballo, en bicicleta o en automóvil. Tendrás siempre presente el paisaje verde característico del norte peninsular, donde se mezclan un sinfín de paisajes ganaderos, agrícolas, bosques, acantilados y playas.
Tanto si te gusta el mar como la montaña, tienes en Cudillero todos los elementos que necesites para disfrutar del Cantábrico. En la zona costera destacan sus apacibles y calmas playas, muchas de ellas naturales, muy poco visitadas por sus complicados accesos, pero no por ello debes desalentarte, porque existen caminos para que puedas darte un baño en los frescos veranos cantábricos. Recomendamos la Playa de Gavieiro o del Silencio, en Novellana, formada por cantos rodados y protegida por increíbles acantilados.
Playa de Gavieiro o del Silencio, una de las más interesantes del municipio
Otras playas naturales igualmente bonitas son la de La Cueva, Vallina, Ballota y Oleiros. Si te gustan las playas más accesibles, deberías ir a la Playa de la Concha de Artedo, una de las más conocidas de Asturias, también formada por cantos rodados, pero con gran accesibilidad. San Pedro de la Ribera y Campofrío y Aguilar son otros dos arenales bastante concurridos en verano.
Una de las playas más turísticas es la Concha de Artedo, seguida de otras como San Pedro de la Ribera o la del Aguilar y Campofrío todas ellas con acceso rodado y servicios (duchas, socorrismo en verano, bar), y otras sin servicios como la de Ballota, Vallina, Oleiros, la del Silencio declarada Monumento Nacional, entre otras
En Cudillero además de pasear y comer podéis acercaros al Palacio de Selgas (en el Pito), se le conoce como el Versalles de Asturias además de sus jardines la casona aguarda en su interior interesantes obras de Tiziano, El Greco, Goya…
Otra opción interesante es ir hasta Cabo Vidio (Oviñana 10Km. aprox.) observareis unos acantilados de más de 100 metros además de un faro, como supondréis las vistas son espectaculares.
Cabo Vidio
Hay una empresa de barcos que da paseos hasta aquí. Yoldia. Telf.- 616 308 327. Otra alternativa es el alquiler de caballos (Lamuño) bien sea para subir a la zona de la las Brañas donde se encuentra lo que ellos llaman los vaqueiros de alzada o un paseo por otra zona,
Cabo Vidio
Otra opción interesante es ir hasta Cabo Vidio (Oviñana 10Km. aprox.) observareis unos acantilados de más de 100 metros además de un faro, como supondréis las vistas son espectaculares.
Cabo Vidio
Hay una empresa de barcos que da paseos hasta aquí. Yoldia. Telf.- 616 308 327. Otra alternativa es el alquiler de caballos (Lamuño) bien sea para subir a la zona de la las Brañas donde se encuentra lo que ellos llaman los vaqueiros de alzada o un paseo por otra zona,
Cabo Vidio
Playa de la Concha de Artedo, una de las más concurridas de Cudillero Sin dejar de lado el mar, podrás contemplar inmensos acantilados acercándote al Cabo Vidio, en Oviñana, con su faro y sus increíbles vistas, tanto hacia el oeste como hacia el este. Sería ideal que lo pudieses visitar con el fuerte oleaje que, en numerosas ocasiones, golpea la costa.
Cabo Vidio, con sus preciosos acantilados
Acantilados en las parroquias de Ballota y Novellana
En todo el municipio podrás apreciar los verdes paisajes que anteriormente te recomendábamos. Tanto si subes por el valle de Faedo, como por el de San Martín de Luiña hacia las Sierras de Pumar y de los Vientos, encontrarás la más característica construcción asturiana: el hórreo. Se trata generalmente de construcciones de madera, cuadrangulares o rectangulares (en este último caso son mayores y reciben el nombre de paneras) sostenidas por cuatro patas (o más) sobre el suelo, y que se asocian al
tradicional almacenamiento de cereal. Los podrás encontrar en cualquier núcleo rural de Cudillero.
Hórreo tradicional en la parroquia de Novellana
Cada parroquia rural de Cudillero cuenta con un templo, entre los cuales queremos destacar las de San Martín de Luiña y Soto de Luiña. La primera de ellas, declarada Bien de Interés Cultural, es del siglo XVIII, mientras que la segunda, del XVII, es una curiosa construcción, con pequeños soportales situada en el centro de la pequeña villa de Soto de Luiña.
Iglesia parroquial de Soto de Luiña, una interesante muestra de arquitectura religiosa.
Para finalizar este recorrido por el rural de Cudillero no queremos olvidar el conjunto palaciego de los Selgas-Fagalde, situado en El Pito, muy cerca de la capital municipal. Se trata de un conjunto compuesto por un palacio, que alberga numerosos tapices renacentistas, además de estar rodeado de bonitos y ornamentados jardines recientemente premiados. Por otro lado, la Iglesia de Jesús Nazareno, de principios del siglo XX, posee el altar más antiguo de España, del siglo VIII, situado dentro de la cripta de dicho templo. Para solicitar la visita es necesario contactar con la Fundación Selgas-Fagalde, que gestiona el conjunto.
Palacio de Selgas-Fagalde, un conjunto monumental de principios de siglo XX, ubicado en El Pito.
PARA SABOREAR
El Curadillo.
Curadillo secando
Cuando se visita Cudillero, vuelven a verse colgados de los balcones estas "pieles" secándose. Se trata del curadillo, o pequeños tiburones que los pixuetos (habitantes de Cudillero) conocen como gatas y que, una vez eviscerados, descabezados y endulzados, se colocan de la manera que se aprecia en la fotografía para su secado. Por los dibujos de la piel, creo que se trata de ejemplares de Olayo (Galeus melastomus). El caso es que el curadillo era una forma de aprovechar la carne de los tiburones que antaño se pescaban para extraer el aceite de sus hígados (que iluminaba las farolas de Oviedo). Cuando había mala mar y no se podía pescar, o en épocas de hambruna, el curadillo era un alimento que ayudaba a paliar esas épocas de escasez. Aunque no parezca muy apetecible, el caso es que una vez preparado, la carne se vuelve de color rojo intenso y el olor y el sabor recuerdan al de carnes de caza. Hoy en día, una cofradía pixueta se encarga de recuperar este alimento tradicional, y es considerado un manjar que se puede degustar en los restaurantes de la zona.
Se trata de un pequeño tiburón, vulgarmente conocido con el nombre de gata, y del que durante muchos años vivieron básicamente los pescadores de este pueblo.
curadillo, el plato más típico de Cudillero, que se consume mucho en épocas de vigilia y que antaño era una reserva de las familias marineras para las envernadas, o sea, para la temporada en que, debido al mal tiempo, no podían salir a la mar. Precisamente, a Cudillero se le conoce (antes más que ahora) por la «Villa de Saín», por la gran cantidad de aceite de lija que se sacaba del hígado de las gatas (lijas), rayas, glayos, tocas y otras especies, a las que se les denomina curadillo. Se ponían los hígados colgados de un clavo al sol y en una vasija se recogía lo que iba destilando. Este aceite era el mejor, en crudo, y lo tomaban los niños y jóvenes débiles, y se vendía en farmacias. El resto se derretía al fuego en una sartén, empleándose para freír toda clase de pescados y para el alumbrado de candiles.
El curadillo, plato culinario auténticamente gastronómico, era, por tanto, comida obligada antaño en Cudillero.
Cumplía tres funciones fundamentales.
La primera era la extracción del aceite de su hígado. Con él se freía, pero sobre todo se iluminaba, hasta tal punto que el alumbrado público de Oviedo se abastecía de este producto, con lo que mantenía una industria y una flota florecientes.
La segunda era el uso de su piel para limpiar y pulir maderas y metales, el llamado papel de lija, hoy fabricado con polvillo de vidrio pegado a papel sintético, pero que antaño solo se conocía como derivado de la piel de estos u otros escualos.
Y la tercera función de este tiburoncito era como pescado cecial, como alimento de recurso para aquellas largas vigilias impuestas, ora por la Iglesia, ora por un temporal del Diablo que mantenía la flota amarrada durante interminables días. ¡O semanas!
A diferencia del bacalao y similares, este no es una salazón, si no todo lo contrario.
Una vez eventrado, el animal es cuidadosamente lavado con agua dulce, endulzado en términos de la mar, operación que se repite hasta quedar sin el menor rastro de sangre.
A partir de ahí, y desprotegido de cualquier agente protector, sal, pimentón, aceite, etc., la gata se crucifica sobre una tablilla engarzada de dos travesaños, adoptando la figura de un curtido de piel de cabra, y se cuelga de los aleros de las casas para que se vaya secando al oreo.
Pero solo de día y cuando el viento es seco, ya que de otro modo, tanto si lo toca la niebla, como si lo hace la lluvia o el rocío, el tasajo se echa a perder.
hay una cofradía gastronómica, la del Curadillo, en La Concha de Artedo, que ha recuperado la tradición, y hoy este humilde y miserable pellejo se ha convertido en plato de lujo en todos los restaurantes y comederos de la zona.
Fabes con Curadillo
Basto y ordinario para algunos, brutal y sugerente para otros, pero el curadillo es sobre todo nostálgico y romántico, porque sabe a momia social, a recuerdo de días de hambre y pasiones secretas, a tiempos en que se nacía y moría en un mismo pueblo, matando el tiempo secando gatas, o cortejando entre las redes.
En los días del curadillo, no había pastillas de Éxtasis, ni Megane Sport con CD Pionner con los que huir de la realidad cotidiana, por eso este pescado sabe diferente, porque para secarlo hay que vivir en Cudillero, con días cargados de horas, años llenos de días, y vidas con pocos años, que una vida llevada en calma da mucho de sí, aunque sea comiendo curadillos.
La gastronomía de Cudillero es amplia, abundante y variada, y participa, en gran medida, de la tradición culinaria asturiana, donde no puede faltar ni la sidra, ni un buen plato de fabada. De forma particular, y como puerto pesquero, Cudillero te ofrece gran variedad de platos a base de pescado. Degustar merluza, rape (conocido aquí como pixín), sardinas, bonito, bacalao o caballa es todo un placer.
La gastronomía de Cudillero es amplia, abundante y variada, y participa, en gran medida, de la tradición culinaria asturiana, donde no puede faltar ni la sidra, ni un buen plato de fabada. De forma particular, y como puerto pesquero, Cudillero te ofrece gran variedad de platos a base de pescado. Degustar merluza, rape (conocido aquí como pixín), sardinas, bonito, bacalao o caballa es todo un placer.
Sin olvidar su curadillo ya mencionado que es una especie de tiburón secado al aire. El llamado “curadillo” es una forma de conservar el pescado secado al sol y aprovechado en los momentos en que no se podía ir a faenar. Además, del curadillo se extraían aceites de pescado muy útiles para la cocina. Si prefieres algo dulce los suspiros de Cudillero dejarán buen sabor de boca.
Por marzo o abril se puede disfrutar de su fin de semana de la feria del pincho de merluza.
Merluza a la sidra con un culín de sidra uno de los Platos exquisitos que se pueden degustar en Cudillero
Preparados de diversas formas y con numerosos aderezos, si eres amante del pescado, los platos que podrás saborear aquí te dejarán completamente satisfecho. Del campo también puedes probar, además de las tradicionales “fabas”, otros manjares como quesos, leche, pitu de caleya (pollo de corral preparado de diversas formas) y los exquisitos postres: arroz con leche, frixuelos (una especie de crepes para degustar con azúcar, nata, requesón o miel), requesón, cuajada, etc. Es necesario realizar una pequeña mención al queso Afuega’l pitu (con tres variedades), muy presente en esta zona, ya que su denominación de origen lo sitúa en los en municipios vecinos a Cudillero como Salas, Grado o Pravia.
El pueblo de CUDILLERO
Aunque su capital es un pequeño pueblo de pescadores formado por un anfiteatro natural en el que cuelgan sus casas de alegres colores mirando al mar, es además un conjunto de playas, montes, ríos y una naturaleza viva.
Sus pobladores son gentes sencillas, pescadores que se reúnen en los chigres tras unas largas jornadas de pesca, agricultores y ganaderos que trabajan de sol a sol arando nuestros campos para ofrecernos unos inmejorables productos de la huerta y el mar. Hombres y mujeres hospitalarios.
Cudillero es el pueblo de la costa de Asturias con el entramado urbano mas complicado. La singularidad del pueblo, radica en que sus casas que parecen estar colgando de un paisaje vertical lo cual visto desde abajo nos da la sensación de observar un cuadro pintado en perspectiva, esto le confiere un atractivo especial.
Empezando por el puerto viejo y el faro y continuando hasta el puerto nuevo, donde arriban los barcos con el pescado. Un momento perfecto puede ser entre las tres y las ocho de la tarde, intervalo de tiempo en el que regresan los barcos de la mar.
Turismo en Cudillero. Cudillero bien merece una escapada de fin de semana por el pueblo en sí, sus calles estrechas y empinadas, muchas de ellas con escalinatas nos mostrará un pueblo de vistas espectaculares al cantábrico, por ello tiene la llamada ruta de los miradores,(Cimadevilla, El Pico y otros) Ya en la parte baja del pueblo con un paseo más relajado, encontraremos un número importante de terrazas muy apropiadas para descansar después de nuestra escalada así que aprovechad para tomar algo, pues aún hay mucho por ver.
También tiene un faro que vale la pena acercarse con acantilados de más de 40 metros de altura y desde donde divisareis las barcas de pescadores.
Situado en la Punta Roballera, sobre un acantilado de 75 m de altura sobre la rompiente de las olas, se encuentra al este del puerto de la localidad deCudillero, una de las más bonitas villas marineras del litoral cantábrico. Desde la plaza costera de la villa y dejando el puerto viejo a la izquierda, una senda de unos 300 m permite llegar hasta el faro y continúa hasta la población de La Atalaya, llamada así por que desde ella se contempla una buena panorámica del faro y de la costa circundante.
Antes de la construcción del faro se encendían en el lugar, para avisar a los barcos de la cercanía de la rocosa costa pixueta, fogatas que prendía en Gremio de Mareantes en la zona de La Garita. El faro se inauguró el 1 de agosto de 1858 con una calificación de quinto orden, y durante su vida ha sufrido numerosas remodelaciones. El faro inicial era un edificio de planta rectangular y bastante pequeño; usaba aceite de oliva como combustible, que fue cambiada por petróleo en 1930, cuando se electrificó. En 1921 se amplió pero fue en 1984 cuando se remodeló más profundamente y se elevó la torre anexa al edificio, hexagonal y con dos balcones, dando pie a la canción popular que dice El faro de Cudillero lo van a poner más alto, pa que alumbre a San Esteban y no se pierdan los barcos. El conjunto se encuentra protegido por un muro de piedra.
El faro tiene una lámpara de 1000 W; en caso de fallo de la lámpara principal entra en funcionamiento automáticamente una reserva de gas de acetileno, formado por dos quemadores ZBFA de 15 litros/hora. Emite 4 grupos de ocultaciones cada 16 segundos con un alcance de 25 millas. La sirena emite la letra D en Morse cada 30 segundos (la letra C corresponde al Faro de Candás).
Muy interesante ver llegar a los pescadores después de una jornada de pesca sobre las 5 de la tarde de lunes a viernes y su posterior subasta en la rula, vale la pena si quieres ver auténtico pescado fresco.
No tenia información , y descubrí un lugar fascinante con muchas ansias de Conocerlo
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